¿Ciencia ficción mexicana? Si señores, esto llegó desde tierras aztecas, y a continuación vamos a desmenuzar lo que hay en el interior de esta película que , puedo decir, me ha sorprendido gratamente.
En un principio veremos dos historias que, al parecer, no se parecen en nada pero a medida que el metraje avanza, nos daremos cuenta que su temática guarda más de un elemento en común.
En la primera vislumbramos a dos hermanos con problemas económicos y uno de ellos comete un delito por el que es perseguido y atrapado por un oficial de policía. El otro hermano intercede para defenderlo pero el policía le dispara al malechor dejándolo herido gravemente. Tratan de bajar por las escaleras pero se dan cuenta que estas los conducen siempre al mismo sitio y que ellos están atrapados en un espiral infinito. Por supuesto, al principio no entienden nada de lo que sucede allí pero luego de unos fallidos intentos por escapar de ese laberinto, comienzan a resignarse y encuentran en ese sitio, un lugar para vivir… a la fuerza, por supuesto. La comida que tienen proviene de una máquina expendedora que logra proporcionarles algunos snacks y bebidas. La existencia y la mente de los protagonistas se perderá a través de los minutos y los llevará a un final inesperado. Esta historia está cargada de claustrofobia y desesperación.
La segunda historia nos ubica con una familia que toma la carretera para disfrutar de una vacaciones para despejarse de la mundanidad. Los padres verán que a su hija le falta el ventolín (ese aparatito con salbutamol que utilizan las personas con asma o dificultades para respirar). Al dar la vuelta para volver a su casa y buscar el remedio, se dan cuenta que la carretera solamente los conduce al mismo lugar, que están manejando en círculos. La premisa es la equivalente a la primera historia y el desandar de esa aventura, conducirá a la familia a un estado de locura que cambiará sus relaciones para siempre.
El director Isaac Ezban logra mantener la atmósfera de tensión a lo largo de los casi 100 minutos que dura el film. Las actuaciones son convincentes y el guión nos reparte suspenso y buenos momentos llenos de nerviosismo en cada escena. Si querés ver algo distinto, mirá «EL INCIDENTE», que es un vaso de frescura entre tantos tragos amargos y comunes. La podés encontrar en Netflix.