Esta película se estrenó en diciembre de 1971, fue filmada en Inglaterra e inmediatamente luego de su estreno comenzó la discusión sobre los temas que tocaba y la forma cruda en que fueron abordados. Potente visualmente y con una actuación monumental por parte de Malcom Mc Dowell, la historia del film se puede beber como un cóctel de violencia y cinismo «made in» Kubrick.
Comencemos con la trama, la cinta nos sitúa en la Inglaterra de 1995 y cuenta la historia de un joven llamado Alex de Large, amante de la música de Beethoven, quien con sus compañeros apodados «drugos» toman algo en el Bar Korova para luego salir a delinquir haciendo uso de la ultraviolencia y pelearse con otras pandillas, entre sus travesuras, podemos ver, golpes a un anciano, violación a la esposa de un escritor (al ritmo de «Singing in the rain») y robo de autos. La cosa se pone grave cuando, en una de sus fechorías, ingresan a la casa de una mujer que vivía sola y Alex la golpea con una escultura gigante en forma de pene dejándola inconsciente; al intentar huir, los amigos de Alex le rompen una botella de leche en la cara y lo abandonan ahí, en la entrada de la casa para que lo arreste la policía.
El problema se torna aún más complicado cuando le informan a Alex que la mujer que golpeó ha muerto, lo cual lo transforma en un asesino. Lo condenan a 14 años pero luego es elegido para un tratamiento en el Centro «Ludovico» que pretende convertirlo en una persona nueva, vacío de violencia y productiva para la sociedad. Una vez en la «terapia», es sometido a distintas formas de curación para suprimir su instinto violentos. Terminado el tratamiento y rehabilitado logra salir a la calle pero ya nada será igual, sus padres alquilaron su cuarto a alguien más, sus ex drugos se volvieron policías y él no encuentra su rumbo, hasta que cae en manos de una de sus antiguas víctimas, un señor que quedó postrado debido al ataque de Alex cuando este era violento, este caballero (sin conocer en primer momento a nuestro protagonista) quiere darle asilo. Una vez dentro de su casa, el joven reformado tiene oportunidad de darse un baño y comete el error de cantar «Singing in the rain» y ahí es cuando el dueño de casa recuerda la paliza que le dieron Alex y sus drugos y cómo violaron a su esposa; entonces lo droga y lo tortura en el piso de arriba de su casa con la música de Beethoven, música que ya no le agrada porque está reformado, por ende no aguanta el dolor y se tira desde la ventana queriendo suicidarse pero logra sobrevivir quedando hospitalizado. Allí lo visita el director del Centro Ludovico pidiendo disculpas por los efectos del tratamiento y Alex le responde que él ya está curado ¿pero, eso será verdad?
En la cultura popular vamos a encontrar miles de referencias a esta maravilla de película, empezando por Los Simpson y por el grupo argentino Los Violadores con su canción «1, 2, ultraviolento». Este film ha marcado la vida de muchos (me incluyo, obvio) y ha provocado varias opiniones, a favor y en contra. Lo que puedo decir es que es un festival visual en cuanto a las escenas, lo colores y las actuaciones. Con una impronta provocadora y la delincuencia juvenil como hilo conductor, La Naranja Mecánica nos avasalla con su visión y ritmo. Durante el metraje conocemos un idioma ficticio llamado «Nadsat» que en el el libro trae su propio diccionario, pero no se usa tanto aquí como en la novela. Malcom Mc Dowell nos deleita con su interpretación de un Alex totalmente irreverente, cínico, violento y sarcástico.
La polémica no evitó que La Naranja Mecánica sea candidata en los Premios Oscar, aunque perdió contra «Contacto en Francia» (otro peliculón). Siendo un film crudo para la época, no parece tan atrevida hoy en día para la actual juventud. Los encuadres de Kubrick son una maestría, como nos suele acostumbrar, la fotografía de John Alcott es perfecta y ayuda a crear un ambiente futurista y acorde al relato que estamos presenciando. Quedará para otro momento o para otra sección de esta página (la sección Fight Club seguramente) la comparación con la novela de Anthony Burgess. Para finalizar te digo que , si no viste esta película, corré y buscála por algún lado para verla porque es imprescindible en la vida de todo cinéfilo, una verdadera obra de arte desde todo punto de vista y es, para mi, la mejor película de toda la historia. He dicho.