Cursed (maldita) es la adaptación live action en formato serie de la novela gráfica homónima de la dupla Frank Miller & Tom Wheeler. Vamos a centrarnos en el producto televisivo, y no en su fidelidad al cómic, al fin y al cabo la adaptación para Netflix estuvo a cargo de sus creadores.
La historia es una vuelta de tuerca al legendario mito del Rey Arturo, llamado propiamente en el mundo anglosajón «Materia de Bretaña». Lejos de revisitar la leyenda con los cánones tradicionales, Cursed centra su trama en la Dama del Lago, quien en el mito es la encargada de darle la espada Excalibur al Rey Arturo. A partir de allí, la serie adapta a su manera el mito arturico y va creando su propia cosmovisión.
La acción transcurre en unas tierras británicas difícil de situar históricamente, si bien, esto también ocurre con el mito, aquí se toman quizá excesivas licencias artísticas para representar un mundo medieval fantástico situado en una Europa multiétnica, más cercano quizá a Game of Thrones.
Se nos presenta una historia de persecuciones e intolerancia religiosa, con un trasfondo de fantasía heroica con toques de novela adolescente a lo Crepúsculo, solo que con más violencia.
El peso de la historia recae sobre Nimue, una hechicera interpretada por la australiana Katherine Langford, la estrella de 13 Reasons Why, otro producto de Netflix que encontró su público. Sí bien cumple con su papel con lo justo, se nota que este, el que sería su protagónico decisivo, hace relucir algunas de sus limitaciones.
El futuro Rey Arturo está interpretado por el novel Devon Terrell, también australiano, quizá el punto más flojo de la serie y no por ser una encarnación étnicamente distinta del monarca britano. Su interpretación se siente falta de fuerza y actitud.
Indudablemente, lo mejor del cast es el sueco Gustaf Skarsgård, quien interpreta con la solidez que pide el guión a un Merlín muy alejado al del mito arturico, mucho más histriónico. Quizá por momentos se deje llevar y nos recuerde en demasía al Floki de Vikings.
En el apartado técnico es de donde la serie demuestra notorias irregularidades. Con una fotógrafa iluminada, algo increíble en un producto de esta envergadura y con unos escenarios que acaso parezcan demasiado artificiales por momentos. El CGI luce muy mal por momentos.
Cursed es una serie que seguramente cosechará adeptos entre el público más joven, acostumbrado a las aventuras adolescentes que tanto han poblado la gran pantalla en los últimos años, pero que resultará deficiente para los que buscaban algo más serio y cercano al mito del Rey Arturo. Incluso se sitúa por debajo de la controversial adaptación que hizo Guy Ritchie con King Arthur: Legend of the Sword (2017). Los más veteranos preferirán versiones más realistas como King Arthur (2004) de Antoine Fuqua o la magistral e insuperable Excalibur (1981) de John Boorman.
La Crítica
Una apuesta fuerte de Netflix que no caerá bien a los puristas
A FAVOR
- Una nueva perspectiva de un clásico
- Vestuario y banda de sonido cuidadas
EN CONTRA
- La épica disminuye en función de un relato romántico
- Apartado técnico mejorable