El actor argentino Rodrigo de la Serna nos vuelve a deleitar con otra estupenda actuación en esta película de Francisco D`Eufemia, que comienza tranquila y pausada y luego vemos su génesis convertirse en un thriller «made in Hitchcock», sorpresa más que agradable. La podés encontrar en Cine.ar Play.
La trama nos muestra a Pablo Silva (De la Serna), un guardaparque que debe presentarse en su nuevo destino, el Parque Pereyra Iraola, un lugar que alberga hectáreas de bosque, allí lo reciben sus nuevos compañeros con quienes entabla una buena relación y se prepara a trabajar realizando rondas para controlar que todo esté bien en el parque. Todo muy tranquilo hasta que Pablo encuentra un zorro lastimado y se da cuenta que unos cazadores furtivos están merodeando en la zona, él les seguirá el rastro para cortar con sus acciones, aunque en realidad Pablo oculta otros motivos en su búsqueda.
En cuanto al análisis, como dije anteriormente, la cinta posee, en su inicio, un paso tranquilo pero seguro. Se nos presenta a los personajes en su trabajo, no hay más que eso en la introducción, salvo un incidente que Pablo tuvo en su pasado del cual nos quedamos con ganas de saber más. El bosque se transforma en un personaje más de la película jugando un papel fundamental a la hora de cambiar del drama al thriller.
La cámara en mano está manejada de una forma excelente al igual que la música, estos dos factores aumentan el suspenso en los momentos claves, como el tiroteo que se desata en la noche, en lo que respecta a la fotografía, el director de ese departamento, Diego Poleri, aprovecha con gran astucia y talento los escenarios naturales para retratar lo que le va sucediendo a Pablo en su aventura detectivesca. Gran acierto.
Lo más interesante lo vemos en al actuación de Rodrigo de la Serna y su mutación de un ser tranquilo y apacible a un hombre capaz de disparar un arma de fuego sin remordimientos y perseguir a delincuentes por zonas difíciles de transitar como lo es el Parque Pereyra Iraola, lo vemos enojado y firme en su meta de atrapar a los cazadores, aparentemente, nada se lo impedirá.