Para algunas generaciones será Olenna Tyrrell y su frase «…Díselo a Cercei, quiero que sepa que fui yo», aunque para otros quedará en la memoria como Emma Peel, la espía que daba patadas realmente altas allá a mediados de los sesenta en la serie «Los Vengadores» junto a Patrick Mac Nee. O también la recordarán como la esposa de James Bond en la cinta «Al servicio secreto de su majestad», protagonizada por George Lazenby, film en el el cual ella muere después de casarse con el agente 007.
Diana Rigg nació un 20 de julio 1938 y este 10 de septiembre nos ha dejado en cuerpo pero no en alma. Comenzó su carrera como actriz de teatro con mediano éxito, pero este le llegaría con la serie «Los Vengadores», la cual la catapultó a la fama y la convirtió en un sex symbol. Terminaría la década del sesenta siendo una «Chica Bond». Los años que siguieron no le brindaron éxitos ni buenas críticas.
Con el paso del tiempo se tornó casi una figura de culto. Como dato de color me gustaría agregar que en 1998 hubo un película de la serie «Los Vengadores» protagonizada por Ralph Fiennes, suplantando a Mac Nee y Uma Thurman en lugar de Rigg, aunque dicha cinta pasó sin pena ni gloria por las taquillas. Es que esos personajes son tan icónicos que la imagen de los originales quedará para siempre tatuada en nuestras memorias.
Nunca dejó el teatro, siempre siguió con su primer amor, tarea que le valdría un Tony en 1994. El resurgimiento definitivo se daría con el personaje de Olenna Tyrrell en la multipremiada serie «Juegos de tronos» donde obtendría excelentes críticas y brillaría con luz propia jugando un papel fundamental en la trama de la serie.
Triste segunda mitad de este 2020, hemos perdido en dos semanas a Chadwick Boseman (Pantera Negra) y ahora a Diana Rigg, se ve que el cielo está queriendo quedarse con los íconos fundamentales del cine y la televisión. Ojalá ya se haya conformado ya y no nos quite a nadie más. Hasta siempre Emma Peel.