Esto no tiene el significado de aquel famoso tango «volver con la frente marchita», por el contrario, aquí se va a utilizar el verbo «volver»como catapulta para un paso superior a lo ya establecido. «Los que vuelven» es la última película de Laura casabé (quien nos trajo también «La valija de Benavídez»), se estrenó por Cine.ar TV, y también podés verla por Cine Ar Play. Se agradece que en nuestro país haya estrenos de esta calidad, de género y con identidad propia.
Argumento: Trataré de ubicarlos en la senda del film, ya que este no posee un relato lineal convencional. Un matrimonio de hacendados que cultivan yerba mate pierden un hijo en su nacimiento, pero la madre, Julia (interpretada por María Soldi) no se dará por vencida e intentará regresarlo a la vida por medio de pedidos a «La Iguazú», una especie de Espíritu que tiene el control de toda la vida, dichas acciones, obviamente traerán otras consecuencias. Ya sabemos que si jugamos con la muerte, hay que pagar un precio alto. Si esto te suena a «Cementerio de animales» o a alguna película de George Romero, no es casualidad, ya que la directora ha confesado ser fan de este tipo de films.
Ahora pasemos al análisis. Laura Casabé, la directora, ha sabido llevar el guión a buen puerto para atraparnos desde principio, la historia se divide en tres capìtulos y está ambientada en la provincia de Misiones a principios del siglo XX mostrando unos hermosos paisajes aunque también vemos a trabajadores del campo, estas personas que realizaban tareas en largas jornadas para un terrateniente que casi nunca pagaba bien. Además se puede vislumbrar una típica figura paterna de esos tiempos, una presencia masculina fuerte, Mariano, este papel es llevado a cabo por Alberto Ajaka. Me parece que eso está retratado de forma excelente.
Podríamos clasificar a «Los que vuelven» como una película de suspenso con toque de terror pero sería quedarnos cortos, porque se construyen escenas dramáticas de alto nivel, con actuaciones al tono de todo el film, destacando a Lali González, quien interpreta a Kerana, la sirvienta del matrimonio principal y la persona capaz de invocar a esa entidad llamada «La Iguazú», que actúa casi sin pronunciar palabra pero que sabe de sobra transmitir las emociones al espectador, en ella vemos la desesperación, la angustia, pero además podemos apreciarla llena de humanidad cuidando a Julia en todo momento y advirtiéndole de los peligros que puede traer el pedido a «La Iguazú».
Apenas comenzada la cinta, aparece uno de los trabajadores con ojos algo extraños y es ahí donde nos damos cuenta que está poseído, Mariano, su patrón, sin vacilar, le pega un tiro matándolo. La ambientación es un personaje fundamental dentro del desarrollo de la trama, puesto que nos hace sentir la tensión que los parajes selváticos suelen brindar, se toma a la selva como un laberinto, como un animal que puede ser nuestro amigo, pero con el que hay tener mucho cuidado. Podremos encontrar el toque gore promediando la mitad del metraje cuando un amigo de la familia, interpretado por Edgardo Castro, ejecuta a un poseído, llenando la escena de violencia sin escatimar en sangre, uno de los mejores momentos.
En el aspecto técnico podemos decir que se ve una excelente fotografía, una estética muy cuidada con una puesta en escena que encaja a la perfección con lo que se quiere conseguir, esto es, que el espectador sienta el calor abrazador del sol, lo duro de trabajar en el campo y adentrarnos en el seno de una familia sin problemas hasta que su hijo fallece y llegan estos poseídos (casi zombies) a interrumpir la tranquilidad de su hogar. La película tiene su costado dramático y sobrenatural bien llevado, llegando a su clímax con el hilo conductor ya comprendido, porque lo que vemos al principio se relacionará con el final, así se irán atando cabos a través de los minutos y tendremos un final como en los mejores thrillers.
Si tuviera que encontarle algún defecto, diría que me hubieran gustado más minutos de filmación en la selva con la «cámara en mano», un aspecto que tanta adrenalina suele brindarnos, pero es algo anecdótico, me gustó mucho y celebro que tengamos en Argentina, cine de esta calidad. A no perderse la escena en la que Julia va en un carruaje y se destaca por sobre todo, su paraguas color rojo intenso en el medio de tantos tonos verdes, una belleza. Te recomiendo «Los que vuelven» para pasar un buen rato. Si tenés algo para agregar o criticar, podés dejar tus comentarios. Hasta la próxima reseña.