Es una alegría inmensa poder reseñar esta belleza de película, aunque todas las de John Ford son obras maestras: El Delator; Uvas de la ira; La Diligencia; Centauros de Desierto; Qué verde era mi valle, etc; etc; etc. Este tipo ganó 4 veces la estatuilla dorada de Hollywood, El Oscar. Así que no vamos a ponernos a analizar al, quizás, más grande de todos los directores de la historia del cine, él ya posee todo el respeto del mundo. En cuanto a esta cinta, debo decir que volví a verla hace poco y me recordó lo grandiosa que es. Empecemos entonces.
«El hombre que mató a Liberty Valance» también es conocida como «Un tiro en la noche». Es un western clásico americano del año 1962, pero es de los últimos de este tipo que se rodaron, ya que dos años más tarde comenzaría la era del «Spaguetti Western», género proveniente de Europa que dominaría la segunda mitad de la década del 60. Por eso se considera a este film, un western crepuscular, puesto que nos muestra la decadencia del oeste. Luego vendrían Sergio Leone y Sergio Corbucci con su impronta propia para la pantalla grande.
¿De qué se trata la película que vamos a analizar? Paso a contarles. Es la historia de Ransom Stoddar (James Stewart), un abogado y su llegada a un pueblito del oeste queriendo imponer las leyes civilizadas y sacar a ese lugar de lo salvaje, lo brutal y la anarquía. Antes de arribar, será asaltado por Liberty Valance (un rabioso y espectacular Lee Marvin) y sus secuaces, como para que vaya sabiendo qué clase de vida le espera allá, hacia donde se dirige. Ransom es ayudado por Tom Doniphon (John Wayne), a quien no le agrada para nada Liberty Valance, y se enfrentará con este en más de una oportunidad por defender a Ransom.
¿Habrá algún romance en la película? Claro que sí. Tom está enamorado de Hallie (Vera Miles) pero ella sentirá pena y cariño por Ransom y poco a poco la balanza del amor se irá inclinando en favor de este último y Tom verá como se desvanecen sus posibilidades de conquistarla pero aún así seguirá defendiéndolo, puesto que confía en el liderazgo de su protegido. Al acecho de todo eso estará la figura amenazante de Liberty, queriendo tomar partido en todas las decisiones del pueblo, para dominarlo e imponer sus propias reglas. Esa sería, a grandes rasgos, la premisa de esta «masterpiece».
Ya empezando con la crítica puedo decir que a la película no le faltan toques de humor, es divertida pero es muy profunda, se ve claramente en la pantalla como el oeste tiene los días contados antes de ser transformado en una cultura igual que la del este. En la escena final, el personaje de vera Miles le dice a Ransom que ese sitio, antes era un lugar salvaje y luego se convirtió en un jardín y que él debería estar orgulloso de ello.
La cinta está contada utilizando flashbacks, al principio se nos muestra a Ransom, ya mayor, llegando al funeral de su amigo Tom Doniphon y desde allí se contará todo lo anteriormente sucedido. John Ford decidió filmarla en blanco y negro y ese toque le brinda una belleza inigualable a la cinta. Cualquiera de las 4 actuaciones principales (Miles, Wayne, Stewart o Marvin) merecen el Oscar sin dudas. El abogado Ransom es un personaje algo ingenuo pero con ideales inquebrantables, lo cual es contradictorio pero así se lo ve en pantalla, Liberty es el típico bandido salvaje y ventajero, Tom Doniphon es también rudo pero con toques de decencia y un caballero con todas las letras en cuanto al trato hacia Hallie, esta última se verá enredada entre dos pretendientes muy distintos, y en cada minuto estará invadida por la duda, aunque ya les dije cómo termina la batalla amorosa. Incluso Tom, le está construyendo una casa para ella, la cual destruirá en un ataque de furia y alcohol, escena por demás devastadora y que nos pone en la piel de Tom, y es en ese instante que dicho personaje queda en nuestros corazones para toda la eternidad.
El film rebalsa belleza en cada uno de sus planos, los cuales, se notan, fueron filmados con muchísimo cuidado. No fue rodada en los grandes escenarios de Monument Valley, sino que John Ford nos encierra en un decorado, pero que es grandiosamente utilizado, se aprovecha cada rincón de este. Dicho aspecto viene a la perfección para mostrarnos lo pequeño que quedará la vida del oeste luego de la llegada del ferrocarril, de las leyes, de los abogados, de la civilización y de la democracia.
Puntos fuertes: la historia de amor de ese triángulo amoroso ya mencionado; la lucha de egos entre Liberty Valance y Tom Doniphon; el fin del oeste tal como lo conocemos en la mayoría de las películas de western; las actuaciones y el carisma de elenco principal; y por último debo mencionar las escenas míticas que hallaremos a lo largo de los minutos. Por nombrar algunas: la del bistec en el pequeño restaurante, que causa el primer enfrentamiento entre Liberty y Tom; el incendio de la casa que Tom le está construyendo a Hallie; la conversación final en el tren entre Ransom y su esposa Hallie; el duelo con pistolas entre Ransom y Liberty; y así podríamos estar hasta mañana nombrando momentos icónicos esta maravilla.
No hay mucho más que agregar a lo ya escrito, tienen que ver «El hombre que mató a Liberty Valance», una joya del séptimo arte. Guión, actuaciones, fotografía y dirección impecables. Te dejo la escena del bistec a continuación. Espero que haya sido de tu agrado esta reseña. Hasta la próxima.