Este es el primer largometraje de Sol Berruezo Pichon-Riviére, que se hizo presente en la sección Generation Kplus de la Berlinale 2020 ganando la Mención Especial del Jurado. Tenemos aquí a una gran promesa del cine, siguiendo la huella que ha dejado la gran Lucrecia Martel. Un cine íntimo, de momentos, de ambientes y muy personal. Es importante destacar la fuerza de las imágenes que la directora proyecta, es ahí, en ese lugar donde se encuentra la pieza fundamental del relato. Esta ópera prima está disponible en la plataforma Puentes de cine.
¿De qué se trata esta cinta? «Mamá, mamá, mamá» nos cuenta la historia de Cleo, una niña de 12 años que debe afrontar el duelo por haber perdido a su hermana, quien se ahogó en una pileta. La contención no estará por el lado de los adultos, su madre se ve sumida en una depresión total, y Cleo tendrá la permanente ayuda de sus primas (dos menores y una mayor) y, en menor medida, de su tía. Así irá tejiendo el camino de la pubertad, con todo lo bueno y lo malo que esa etapa de la vida acarrea.
El relato se llevará a cabo desde la perspectiva de ella, y podremos ver los cambios que en su personalidad y en su cuerpo se producen: sus estados de ánimo, su primera menstruación, la búsqueda de una identidad, aprender a besar, sus miedos y su ansiedad por superar el conflicto que se le presenta.
A lo largo de una hora (sí, esa es la duración total de la película) seremos testigos de la convivencia de Cleo con sus primas, de cómo se va adentrando en el mundo adolescente. La directora comanda un elenco, en su totalidad, femenino, lo cual ayuda a la intimidad de esas señoritas que juegan por un rato a ser adultas. Los elementos fundamentales de la historia serán, la incertidumbre y las inseguridades, propias de esa edad; aparecerá por un momento un factor cuasi onírico: el funeral de un conejo, escena muy tierna.
Sol Berruezo Pichon-Riviére se compromete a mostrarnos el mundo casi sin adultos, ya que la madre y la tía de Cleo, están en todo momento en un segundo plano, llevando a las niñas protagonistas a desplegar un valioso repertorio de conversaciones y actitudes como si estuvieran solas en este mundo, yace justo ahí la riqueza de esta película, en cada plano, cada gesto, cada silencio y cada escena.
La cinta posee belleza en todos sus minutos, está bien actuada y bien dirigida, sentimos empatía con Cleo (una gran Agustina Milstein), apegándonos a su dolor y a su curiosidad. Por todo esto, podemos concluir que el debut en la dirección de Sol Berruezo Pichon-Riviére ha sido más que provechoso. Hay cine de autor para rato. Te dejo el tráiler a continuación.
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