Traemos hasta esta página una grata revelación, Sofía Medina, una joven de tan sólo 19 años. Escritora argentina con un talento nato para sorprender al lector a través de sus relatos cortos de terror psicológico. Te vas a inquietar con sus cuentos, te vas a sorprender y también, vas a asustarte, porque sus personajes no son del todo buenos o amables, si bien en algunos de los casos buscan redención, siempre encontrarás en ellos el factor que los hace distintos, la tragedia. Ese es, como diría Borges, «el punto donde convergen todos los puntos».
Sus cuentos son incapaces de pasar desapercibidos por el lector, cuentan (en breves renglones) aventuras inconclusas o con finales no del todo satisfactorios, pero que sin duda, te dejarán con la boca abierta, queriendo leer el siguiente relato para ver con qué nos podemos topar. Los destinos que le tocarán a los protagonistas de la obra de Sofía se verán rodeados por la sorpresiva irreverencia que otorga un hecho fortuito y desgraciado que tuerce los caminos preparados para sus vidas.
En este espacio, que es la página web de Anochecine, seguiremos apoyando a los escritores y escritoras independientes que quieren andar su propio camino para encontrar la curiosidad del lector y sorprenderlo en cada paso. Te dejo el contacto de Sofía Medina, quien publica sus cuentos cortos de terror psicológico a través de su Instagram, el cual es: effy_s_thoughts
Dale una lectura a cualquiera de sus relatos y vas a ver que no miento cuando digo que te atraparán de inmediato; y para que vayas endulzando tu lectura, te dejo dos de sus creaciones «Vivo en un lugar maldito» y «Sin Salida», este último sobresale por los toques al mejor estilo «Nolan». Leerlos, sólo te tomará 2 minutos. Que los disfrutes, y hasta la próxima reseña.
Vivo en un lugar maldito
El motivo por el cual escribo esto, es para advertirles que vivo en un lugar maldito; al menos eso me dijeron a través de una carta, hace sólo un par de semanas. ¿Quién la escribió? Me atrevo a decir que fue una persona desesperada, alguien que necesitaba quitarse el mal de encima. Hay muchas formas de adquirir una maldición sin que podamos darnos cuenta, eso me pasó, alguien hizo eso conmigo y ahora sufro las consecuencias.
Me había mudado a una casa muy pequeña pero como iba a estar sola no me molestaba su dimensión. Un sobre se deslizó bajo la puerta un día, momento que recordaré toda mi vida. El título de la carta era “vivo en un lugar maldito” pero no le di importancia ya que relataba la vivencia de otra persona ajena a mí. Desde ese día todo cambió para mí, la mala suerte me seguía, de noche veía en carne propia mis más aterradoras pesadillas vueltas realidad, hasta que ya no pude seguir adelante. Así que me quité la vida…
Si estás leyendo esta carta, sea en el momento que sea, sabrás que ya no estoy dentro del mundo de los vivos. Es fácil contraer una maldición sin que nos demos cuenta. Lo dije, ¿Verdad? Bueno, no lo olvides.
Digamos que en realidad una maldición puede prevenirse, por ejemplo no leyendo cartas de gente que no conoces. Luego de que leyeras 3 veces dónde vives, en este relato, el llamado a las fuerzas oscuras funcionará de manera en que poco a poco caigas en la locura.
Las maldiciones pueden transmitirse a otra persona pero no te diré cómo, tendrás que averiguarlo por tus propios medios.
¿Dónde vives ahora?
Sin salida
La rutina cada mañana suele ser agotadora, entre las 10:00 y 10:30 am te levantas a desayunar, mirando un punto fijo mientras escuchas el televisor de fondo, son las noticias. El reloj parece no correr, la sala y la cocina tiene un aroma a vacío que te recuerda momentos pasados cuando la casa no estaba en silencio absoluto y las voces de tus padres se escuchaban desde afuera, reían mucho. Ahora todo es igual, es gris, sin sonido ni algo que lo distinga de la nada, solo es gris.
De repente, toda tu paz es destruida por la tv, la noticia que pasaban parecía interesante, pero cuando vas a prestarle la debida atención que podías darle a tu condición de “madrugador”… Despiertas.
Te levantas como siempre entre las 10:00 y 10:30 am , parece que tuviste una pesadilla; mientras piensas en ello, tocan timbre, así que tratas de actuar normal y sales a abrir, pero cuando alcanzas el picaporte… Despiertas.
Esta vez es oficial, algo está sucediendo. Tu mañana se repite una y otra vez, eres un esclavo del terror cósmico el cual te lleva a siquiera querer parpadear. Todo te parece falso, las plantas de tu apartamento son plásticas, el televisor parecía de cartón, el suelo era similar al papel, quizás estés enloqueciendo. Pasan las horas, 3:33 pm y nada; tu día volvió a la normalidad pero tu mente está pensando en teorías de sueños premonitorios, paradojas, laberintos sin salidas, bucles, etc. Te das por vencido al entender que nunca sabrás qué pasó en realidad, o si esta es la verdadera realidad, la real ¿Se entiende?
Por fin bajas la guardia, luego de un día de trabajo agotador, son las 11:59 pm y ya puedes descansar en paz, sueltas un suspiro enorme, aquellos “sueños” te dejaron pensando todo el día, con miedo de volver a despertar, con la incertidumbre de qué es lo que estaba pasando, qué es lo real, qué es lo imaginario. Apoyas tu cabeza en la almohada esperando que el sueño venga hacia ti, hasta que finalmente… despiertas.