Hace poco realicé una nota con las actuaciones de actores que merecían el Premio Oscar o que al menos deberían haber recibido una nominación para el mismo, ahora le toca a las actrices. Repasaré cuáles son algunas de las equivocadas decisiones que los miembros de la Academia han tomado en cuanto al premio de la mejor actriz. Me gustaría que dejen en los comentarios a quienes he olvidado. Para conformar la lista se tomarán los últimos 40 años, es decir, a partir de la década del 80 y estarán en orden cronológico. Comencemos entonces.
1- Michelle Pfeiffer en «Frankie y Johnny» (1991) Dir. Gary Marshall.
En el cénit de su carrera, Michelle Pfeiffer realiza esta performance con gracia y talento, personifica a Frankie, una mujer que tiene establecida la felicidad en su grupo de trabajo, ella es soltera, supersticiosa y desconfía de los hombres, pero llega Johnny (Al Pacino) como cocinero al restaurante donde ella trabaja y dan comienzo a un romance, primero algo trunco y luego, en el final, pleno de dicha. Una pena que no la hayan reconocido por esta estupenda actuación; los dos (Pacino y Pfeiffer) se lucen en sus papeles brillando en cada momento, logrando esa empatía con el público que, en muchas ocasiones, es difícil de conseguir.
2- Julie Delpy en «Antes del Amanecer», «Antes del Atardecer» y «Antes del Anochecer» (1995, 2004 y 2013) Dir. Richard Linklater.
Los mejores diálogos de los últimos tiempos llevados a cabo por una pareja de actores con una química inmejorable desparramando el legado de Francois Truffaut por estas épocas. Jesse (Ethan Hawk) y Céline (Delpy) se conocen en un tren y luego disfrutan de un romance apasionado despidiéndose con la promesa de volver a verse 6 meses después, lo que dará paso a la segunda y tercer entrega de esta magnífica saga donde seguiremos a estos enamorados por donde vayan, dejando charlas al mejor estilo «Rayuela» de Cortázar. La estupenda Julie Delpy entrega la piel para convertirse en una musa inspiradora de la Nouvelle Vague. El espíritu de Anna Karina está presente en todas las escenas.
3- Pam Grier en «Jackie Brown» (1997) Dir. Quentin Tarantino.
Una azafata pasando dinero por el aeropuerto para un traficante. Trampas, traiciones, asesinatos, diálogos extraídos de novelas «pulp», Samuel Jackson, Roberto De Niro y toda la parafernalia blaxplotation de la mano de Tarantino. Nada puede salir mal con todos estos elementos. La diosa de ébano, Pam Grier, revienta la pantalla en todo sentido desplegando una actuación que enamora. Un policial negro con una narración que tiene menos velocidad que su anterior film, «Pulp Fiction» pero con el mismo nivel de tensión. Un final al estilo «Casablanca» que nos deja con el sabor de haber visto una excelente película.
4- Bjork en «Bailando en la Oscuridad» (2000) Dir. Lars Von Trier.
Un poema hecho película. El director y el cast desparraman belleza en cada fotograma, Bjork ha ganado varios premios en Europa, no obstante coincidimos en que la Academia de Hollywood debería haberle brindado, aunque sea, una nominación a la actriz (y no me vengan con tecnicismos de producción entre países). Con una estética que nos lleva al desdén, más que nada por la trama, no por la calidad cinematográfica, la cual rebalsa de perfección; aquí nos encontramos con Selma (Bjork), una inmigrante checa que hace lo que puede para sobrevivir y mantener a su hijo que, al igual que ella, está por perder la vista. Una historia desgarradora que cala hasta los huesos y logra que estemos cada minuto pendiente de cada gesto de Selma. Imperdible.
5- Naomi Watts en «Mullholland Drive» (2001) Dir. David Lynch.
Una de las películas más raras de esta lista (y de la historia), llena de imágenes surrealistas que logran penetrar la mente del espectador y llevarlo al laberinto que construye el director David Lynch. Betty Elms (Watts) llega a Los Ángeles para convertirse en actriz y se aloja en la casa de su tía, allí conoce a Rita, una mujer que padece amnesia a causa de un accidente que tuvo en la carretera Mullholland Drive, juntas intentarán descubrir qué es lo que ocurre con Rita. La cinta dispara tramas, aparentemente inconexas pero que llegarán a un punto en común cerca del final. Naomi Watts transmite angustia, tristeza, perdición y desolación con su personaje, la vemos desesperada tratando de armar un rompecabezas que la llevará al borde de la locura. Fantástica, toda una experiencia cinematográfica.
6- Audrey Tatou en «Amélie» (2001) Dir. Jean-Pierre Jeunet.
Un cúmulo de postales parisinas adornadas con un gnomo de jardín que convierten en perfecta la dulzura e inocencia de Amélie, su entorno personal y amoroso poseen la particularidad de tener el aspecto de una fábula digna de Federico Fellini. La interpretación de Audrey Tatou es un hito en la historia del cine, ella despliega un arsenal de simpatía con fuerza hipnótica que atrapa al público y logra que no podamos apartar nuestra vista de la pantalla. La trama es simple y complicada a la vez, una mesera que encuentra un objeto perdido y quiere devolvérselo al dueño, la historia nos pasea por un variopinto grupo de personajes, los cuales desfilarán a través de la vida de Amélie y enriquecerán su existencia. En tono de comedia, veremos a la protagonista sufrir y disfrutar su existencia.
7- Nicole Kidman en «Dogville» (2003) Dir. Lars Von Trier.
Nuevamente Lars Von Trier en esta lista, esta vez contándonos la historia de Grace (Kidman), una mujer que escapa de una situación turbia buscando tranquilidad en un pueblo llamado Dogville, pero esto será una cortina que oculta una cara siniestra, la situación allí empeorará para Grace y no la pasará nada bien. Una desgarradora interpretación de Kidman merecedora de premio Oscar, una puesta en escena casi teatral, el sentimiento de estar presenciando una obra minimalista de culto y un desenlace con la mayor crudeza posible. Juega un papel muy importante el plano cenital que recibe el espectador de la ciudad en la que cae Grace, desde allí, ya tenemos el modelo de relato que nos prepara el director danés. Una maravilla del séptimo arte. Bravo. Bravo. Bravo
8- Scarlett Johansson en «Perdidos en Tokio» (2003) Dir. Sofia Coppola.
«…Siempre tendremos Tokio». Eso es lo que seguramente le dijo el personaje de Bill Murray (Bob) al de Scarlett Johansson (Charlotte) en el final de esta maravilla fílmica. Nos encariñamos con ellos dos y queremos que terminen juntos para cerrar ese círculo amoroso con toda la gloria que se merece una historia así. La trama es simple, Bob es un actor ya dejado, que no tiene éxito, se va a rodar un comercial a Japón y allí conoce a Charlotte con quien se siente identificado al ver la soledad en la que los dos están sumidos (aunque ella está casada), desde ese momento compartirán una serie de situaciones que los acercará aún más. Scarlett recibió un premio BAFTA y también ganó en el Festival de Venecia, pero es imposible no protestar al saber que no recibió ni una nominación al Oscar por esta actuación. Una total injusticia.
9- Noomi Rapace en «Los hombres que no amaban a las mujeres» (2009) Dir. Niels Arden Oplev.
Para mi, la mejor actuación de esta lista y una de las 5 mejores de toda la historia del cine. Simplemente espectacular. Noomi Rapace se pone en la piel de Lisbeth Salander, la hacker que ayuda al periodista Mikael Nyqvist a encontrar a una chica desaparecida. El guion de la película ayuda mucho a que la actriz pueda desarrollar su papel y construya un personaje que no podemos dejar de amar. En realidad, pongo aquí a Noomi, no por esta cinta solamente, sino por la Trilogía Millenium, compuesta por «La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina» como segunda entrega y que se cierra con «La reina en el palacio de las corrientes de aire». David Fincher realizó un remake de la primer película de esta saga, «La chica del dragón tatuado» la cual no está nada mal. Dato de color: la protagonista de esa nueva versión, Rooney Mara, fue nominada al Oscar por su interpretación de Lisbeth Salander.
10- Amy Adams en «La llegada» (2016) Dir. Denis Villeneuve.
Una película que ha pasado casi desapercibida injustamente, con una fotografía de la mejores que se han visto en los últimos años. El director ha logrado, con esta cinta, impactarnos visualmente y contarnos una historia llena de interrogantes que alcanzan para mantenernos sentados al borde la silla durante todo el film. Naves alienígenas llegan a La Tierra y la experta en lingüística, Louise (Adams), es la encargada de traducir a la lengua humana lo que estos extraterrestres están diciendo. Una actuación para el recuerdo en una obra cumbre de la ciencia ficción que merece ser vista, ya que posee un excelente guion y una imágenes que te quedarán en la memoria. El personaje de Louise nos devuelve la humanidad que en algunos casos hemos perdido. Aplausos por favor.