Yeon Sang-ho, director de la excelente «Train to Busan», nos acerca una serie surcoreana de 6 capítulos en donde se plantea la idea concreta de un ser superior manejando los hilos de la justicia. Una temática pocas veces vista, la espectacularidad de los ataques y un manejo de cámara muy bueno completan el combo de esta nueva propuesta de Netflix que enseguida se posicionó en los primeros puestos junto a «El Juego del calamar» y amenaza con convertirse en otro fenómeno mundial. Veremos si podrá lograrlo. Ya podemos asegurar que Corea del Sur está atravesando uno de sus mejores momentos en cuanto a producciones de series y películas.
Pasando ya a la premisa, tenemos a tres monstruos (nunca mejor usada esa palabra) que masacran a una persona en el medio de la ciudad y después desaparecen, esto ocurre a la vista de varios testigos; otras personas lo filman y el video, obviamente se hace viral. Todos quedan atónitos ante tal hecho pero hay una persona que luce sorprendentemente calmada, es Jung Jin-Soo, el líder de una secta conocida como La Nueva Verdad, creyentes de la venida de los Ángeles de Dios para impartir justicia divina contra los pecadores humanos, por más cruel que sea. Luego de esto vendrá la investigación policial pertinente que deberá luchar contra esta nueva escena de castigos pero ateniéndose a las leyes terrestres (por decirlo de alguna manera). Las muertes seguirán sucediendo y la secta «La Nueva Verdad» irá adquiriendo más fanáticos y más credulidad. Este es el planteo de «Rumbo al Infierno». A sentarse muchachos y muchachas, que la mesa está servida para un banquete de sorpresas espeluznantes y terroríficas.
Analizando esta obra vemos muchas metáforas, empezando con la más obvia y la más clara: la bíblica, y la llegada del castigo divino a quienes no han tenido un buen comportamiento en nuestro mundo; luego podemos ver el miedo y la psicosis colectiva por lo desconocido y el fin del mundo tal y como lo conocemos; y por último, se desprende de los primeros capítulos una clara visión del fanatismo que es llevado al extremo para convertirse en despotismo, en este caso es religioso. Aunque también aparece como factor importante, la llegada de internet a las personas, en esta oportunidad tenemos a los influencers imponiendo temáticas y opiniones que son tomadas como verdades absolutas.
No es algo parecido a «Seven» si es que están pensando eso, aquí vivimos en la incertidumbre que poco a poco se transformará en resignación, ya que las personas saben que una vez que se recibe el «aviso» de la muerte, esta no podrá evitarse de ninguna manera y también saben que los espera el infierno. Este elemento mitológico logra que la serie nos asuste realmente, nos metemos en la piel del condenado y sufrimos a su lado. Hablando de sufrir, a no perderse ni un minuto del capítulo número 3, para mí, el mejor. El CGI que muestra la aparición de los monstruos no es el mejor pero recordemos que esto no es Marvel.
La serie retrata de forma perfecta lo que la opinión pública puede provocar, lo vemos en las muertes, algunas de las cuales son transmitidas en vivo por los canales de televisión colocando el morbo por delante de la decencia y dejando en claro que, hoy en día, por dinero todo vale. Punto a favor de la serie, las muertes, que son muy violentas y crueles, casi torturas, el guion no nos cuenta de dónde vienen estas criaturas, plantando la duda si en realidad las envió Dios o pertenecen a otra naturaleza, nunca nos dicen la verdad de su procedencia. El líder de la secta, Jung, se roba los primeros 3 capítulos con su tranquila personalidad pero que en realidad oculta «algo más», no quiero entrar en detalles pero ese arco argumental finaliza de forma abrupta y genial.
La religiosidad aparece con la fuerza de un partido político atrayendo a fanáticos para seguir sosteniendo su punto de vista, no se andan con medias tintas, no permiten la posibilidad de la salvación, ellos creen ciertamente que Dios ha mandado sus soldados a la tierra y hay que aceptar sus sentencias. Pero todo Napoleón tiene su Waterloo y poco a poco se irán encontrando pruebas en contra de sus designios, ahí es cuando la serie se pone más picante y llega lo mejor de los capítulos. Deben verla para sacar sus propias opiniones. Resumiendo, yo quedé muy conforme con estos 6 episodios (de 50 y tantos minutos cada uno), es muy recomendable y de más está decir que la puerta queda abierta para una segunda temporada. Les dejo el tráiler por acá abajo.