Netflix nos acerca la ópera prima del director español David Casademunt, quien presentó este largometraje en el prestigioso Festival Sitges obteniendo buena repercusión. La empresa de la gran «N» roja busca repetir el éxito de cintas anteriores como la excelente «Bajo Cero». Veremos cómo le va en este 2022 a «El Páramo». Estoy seguro que los fanáticos del género no saldrán defraudados, ya que es una obra hecha y derecha, más allá de sus falencias.
La historia comienza en la España del siglo XIX con una familia viviendo en un lugar inhóspito apartado del resto de la sociedad y llevando, aparentemente una vida tranquila donde el hijo está madurando y aprendiendo a ser más responsable. Como siempre que las cosas están quietas, algo pasa, en este caso, el padre (Roberto Álamo) encuentra un cadáver en el río y decide partir a devolverlo a su familia. Así, el hijo Diego (Asier Flores) y su madre (Inma Cuesta) quedan solos pero no tan solo, porque son acechados por una criatura que los aterroriza y desea entrar en su hogar, el cual será defendido a capa y espada.
El film inicia mostrándonos una casa con un cálido ambiente familiar y las costumbres que los protagonistas llevan acabo desarrollando sus actividades cotidianas, hechos que contrastan perfectamente con los minutos siguientes. El director aprovecha cada plano para crear una atmósfera plena de tensión apuntando la cámara siempre en la dirección correcta para que el espectador vea lo necesario, aunque quizás en ocasiones abusa del plano subjetivo. El ritmo de la narración es pausado y en algunos tramos nos recuerda a «The Witch», aquella cinta del año 2015 que tan bien le cayó al publico y a la crítica.
Una vez que comienzan los momentos tensos y angustiantes, vemos lo mejor de la película con una actuación excelente por aparte de Asier Flores, quien lleva su papel mucho más que bien. Ya, pasando la hora de metraje, pareciera que el director alargó la trama sin poder encontrar su camino hacia el final, ahí es donde falla el guion, no hacía falta tanto desarrollo en las últimos 30 minutos, nosotros queríamos más sangre y terror. Se nota la carencia de algún tipo de giro para enriquecer la trama.
Con el personaje de Diego apreciamos la maduración que él va adquiriendo a medida que el drama cobra protagonismo, vemos cómo se convierte en sostén de la casa cuando su padre está ausente y su madre cae enferma. La fotografía es perfecta para retratar los miedos de la familia y crear un ambiente lleno de supersticiones y miedo a lo desconocido rompiendo la seguridad en la que se manejaban los personajes. Los toques sobrenaturales no hacen más que agregar momentos inquietantes a la trama.
David Casademunt supo cómo preparar la mesa para degustar un platillo de suspenso y terror sobrenatural pero ha dejado al descubierto el postre para un buen cierre cinéfilo. El final no está a la altura del comienzo del film, igualmente nos deja un buen sabor de boca y sabemos que este director tiene talento para esta clase de obras, no le ha quedado grande para nada. En resumen les puedo decir que «El Páramo» merece ser vista para que ustedes puedan opinar y comentar qué les pareció, hay que darle una oportunidad. Les dejo el tráiler por acá abajo, hasta la próxima reseña.