En 1974 Tobe Hopper nos cambió el sentido del cine de horror de una manera tan violenta, gore y para muchos repugnante, que es imposible pensar que haya podido haber antes alguna producción sin el loco bailarín con su motosierra. Nadie se vio venir este trabajo nauseabundo y macabro, de parte de un grupo de actores amateur dirigidos por ese hombre que todavía no sería tan reconocido a nivel global. El asesino enmascarado con su traje y botas en la calurosa Texas, había llegado para instalarse definitivamente en la retina del espectador. La sangre escaseaba, la escena grafica te daba a entender lo que estaba pasando, pero no como otras películas del género Slasher.
Veinte años después, y luego de dos secuelas experimentales (a mi gusto) por lo diferente en cuanto a continuidad, nos trae la franquicia esta obra del director y productor Kim Henkel (The Texas chainsaw massacre, Eaten alive, The King of Texas). Donde una vez más se ahonda en el universo de Leatherface y su entorno familiar, pero modificando bastante lo que a su alrededor hizo famosa a la primera. Desconectando a la familia original del inicio y adaptando a esta nueva a las modas y personalidades que en los años 90´s muchos acostumbramos ver.
La trama no se aleja mucho del clásico grupito de adolescentes con pocas ideas, metiendo sus narices donde no los llaman, a la vez que tratan de resolver sus problemas amorosos de la peor manera. Y como era de esperarse, la matanza no tardaría en aparecer, cuando Jenny (Renée Zellweger), Barry (Tyler Cone) y Heather (Lisa Marie Newmyer) luego de sufrir un aparatoso accidente automovilístico, deciden emprender una caminata por la oscura y desolada carretera, que por momentos parece más un bosque que otra cosa, con el fin de buscar ayuda. Pronto darán con la oficina de una seductora y extraña mujer, quien se ofrece a llamar a la grúa mientras los chicos aguardan. Pero terminan continuando su camino hacia la nada misma y dan con la famosa casa del clan asesino.
Desde el vamos, que no haya estado presente Jim Siedow es una lástima, porque le habría añadido algo de condimento clásico al film, y se hubieran visto obligados a elaborar un hilo conductor. Se preocuparon por modernizar y adulterar la historia original, cambiando a los personajes con detalles poco seductores y guiones sin sentido.
Vilmer (matthew mcconaughey) aparece con un sistema ortopédico en su pierna derecha que nos recuerda al leatherface de 1990, pero que en esta oportunidad se comanda por control remoto. El personaje principal sacude una moto sierra amarilla muy diferente a la Poulan 245 que glorificó al caníbal del 74. Y el resto de los familiares asesinos deja mucho que desear, sumándose en esta oportunidad una mujer (Tonie Perensky), que en el guión del film original no existía. Cambiando de a ratos el clima de horror por gore sexual y casi ridículo. Pero hay que rescatar algunas escenas como la estructura de la casa, muy similar a la original, y decorada con igual esmero. O la intensidad en la actuación de Matthew Mcconaughey bordeando el delirio violento. Pero lo más significativo es ver a Marilyn Burns en un cameo sorpresivo, pero poco aprovechado.
Lamentablemente, hay puntos de quiebre que bien pudieron mejorarse con un poco más de esmero creativo, puliendo la estructura general que se nos quiere ofrecer, al cambiar la moto sierra actual por una Poulan idéntica a la usada por Gunnar Hansen, o tomarse la molestia de trabajar bien sobre el esculpido de las máscaras, para que den un impacto aterrador en la cinta, en vez de dar risa o lástima.
No hay un guión original en esta entrega y algunas actuaciones son pobres y predecibles. Parece una película amateur realizada por un director recién salido de la academia de cine. Y el solo hecho de que las victimas estén vagando por la carretera desierta de Texas, una noche cerrada y sin rumbo fijo, nos hace pensar que quizás, hayan querido parodiar al típico adolescente bobo.
Como sea, esta película no pasó el visto bueno de la crítica en su momento de estreno, y mucho menos por el ojo estricto de los fans de la franquicia, quienes esperan que si un director se atreve a profanar las herramientas de su antecesora, sepa al menos utilizarlas. Cuestión que el resultado valga la pena de ver, y si es prolijo mucho mejor.
Con el paso del tiempo se encasilló dentro del listado ´´de culto´´, logrando un grupo reducido de fans que veían su costado bueno, independizándola del resto, sin esperar que supere ni de lejos a la primera.